EL DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA
Había una
vez, una familia que vivía en una casita muy humilde del pueblo.
El padre se
pasaba el día trabajando y era la mujer la que debía hacerse cargo de sus
hijos. Los hermanos se llamaban Markus y Lia. Lia era una niña de 12 años,
peliroja y con pecas y Markus tenía 9 años, era moreno y con los ojos azules.
La madre, llamada Irene, tenía que levantarse muy temprano para hacerles el
esmuerzo, luego llevarlos al colegio e irse a trabajar. Trabajaba con un xico y
a ella le pagaban la mitad del sueldo, todo por ser una mujer. Era muy injusto.
Por la tarde, como todas las mujeres del pueblo, debía hacer las tareas de la
casa. Cocinar, tender la ropa… Un día, Irene y algunas de sus amigas se
reunieron y fueron al Ayuntamiento a reclamar. Querían ser respetadas y
tratadas igual que los hombres. Aquel día fue llamado el “día de la mujer
trabajadora” y todos los habitantes del pueblo organizaron una gran fiesta en
honor a las mujeres.
Ahora, ese
día es conocido por todo el mundo y todos los años, el 8 de marzo, las mujeres
lo celebramos y seguimos luchando por una igualdad de género.